sábado, 12 de noviembre de 2011








La Salsa no ha tenido pegada en la RD,
 Contrario al son, guaracha, rock and roll, reggaeton, etc.
Celia Cruz fue rumbera, no salsera
Los dominicanos no aprenden a bailar salsa


Contrario a muchos géneros musicales extranjeros, la salsa no ha tenido pegada en la RD a pesar de la cercanía de Puerto Rico y en consecuencia la gran inmigración de dominicanos en esa isla –que debió de haber servido de un puente efectivo en ese sentido-, y a pesar de la extraordinaria difusión que ha tenido ese ritmo en toda la zona del Caribe, e inclusive en Sudamérica.

El asunto se presta a un estudio de musicólogos, pues los compases de la salsa (4x4 y 8 tiempos) tienen mucha relación con otras modalidades que en sus tiempos gozaron de grandes acogidas entre los bailadores criollos, tales como el son montuno, la guaracha, la rumba, el guaguanco, el chachachá, etc.

Y en ese último sentido se podrían citar otras categorías –además de las citadas- que concitaron muchos éxitos aquí, cuales fueron la danza, la contradanza y el danzón en las conjunturas de los siglos XIX y XX; luego el tango, la ranchera mexicana, el mambo, el rock and roll, el twist y en los últimos años el reggaeton. El jazz es otro género que, además de ser cultivado por diversas agrupaciones, ha contado con muchos seguidores, aunque en cierto nivel social, como ocurrió con algunas de las músicas citadas. Por ejemplo: el mambo se quedó limitado a los niveles altos de la sociedad, mientras que la ranchera fue por muchos años –desde un Jorge Negrete a un Vicente Fernández- toda una pasión en barrios y campos. De hecho la mayoría de las emisoras radiales transmitían todos los días por la mañana una y hasta dos horas de ese aporte azteca.


El bolero, originario de Cuba, casi no podría nombrarse como categoría extranjera por la extensa permanencia y el prohijamiento que tuvo en el país, contando con múltiples interpretes nacionales, desde solistas hasta tríos. La balada tampoco es de nuestro origen, pero el talento dominicano ha abrazado de tal manera el género, que igual de lo que pasó con el bolero, disfruta de carta de naturalización.

Empero la balada, que es un estilo melodioso y romántico, pero sin mucho ritmo y sin compases cortos, lleva el hito negativo de haber eliminar el que parejas de hombres y mujeres lo hayan aprovechado para bailarlo pegado, cachete con cachete, aspirando el perfume y el palpitar de cada quien. Entre sus principales fomentadores habría que mencionar a Alberto Vásquez, Emmanuel, José-José, Raphael, Julio Iglesias, Chucho Aveyanet, Sandro, Lisette Álvarez y Lucecita Benítez.

La salsa se incrementó en la década del ´60. El Gran Combo de Puerto Rico fue uno de sus más brillantes exponentes. El género tiene mucho de fusión con otros ritmos, tales como el son, la guaracha, el chachachá, la rumba, el guaguanco y otros. Éstas son fuentes cubanas, pero no se puede negar que los puertorriqueños fueron quienes le dieron el formato final.

Precisamente por su mezcla pentagramal es que a la salsa se le llama como tal. Su bautizo se lo dio el locutor venezolano Phidias Escalona, quien al entrevistar en Caracas a Richie Ray, le pregunta que cómo se llamaba la modalidad que él cantaba con su orquesta, y al contestarle que era una combinación de varios ritmos, aquél le dijo: “Ah, pues es como una salsa”, y de ahí le quedó el nombre a la creación. Empero por la década del ´40 ya había en Cuba una agrupación que se denominaba Conjunto los Salseros, o sea que el crecimiento dado es de vieja data. Pero asimismo hay que apuntar que cuando adviene arrolladoramente el nuevo aire, no surge ninguna orquesta cubiche que se pudiera mencionar, sino que fueron (y son) valores puertorriqueños quienes producen su explosión, tales como los que se convirtieron luego en superestrellas de la moda en cuestión: Tito Puente, Tiro Rodríguez, Ismael Rivera, Cheo Feliciano, Charlie Palmieri, Tommy Olivencia, Ray Barretto, Willie Colón, Héctor Lavoe, Eddie Palmieri, Richie Ray, Bobby Cruz, Ismael Miranda, Frankie Ruiz, y artistas de otras nacionalidades como Ruben Blades (panameño), Oscar D´Leon (venezolano), Luis Enrique (nicaragüense), y muchos más.

La archifamosa Celia Cruz, a quien se le llamó la Reyna de la Salsa, no creemos que en verdad fuera una exponente genuina de la categoría en sí misma, pues si se observa bien las composiciones que interpretó –magistralmente- mantenían sobrecargas de los otros aires afroantillanos, como los mencionados: el son, la guaracha, la rumba y el guaguanco. Mírese su último gran éxito: “Esa negra tiene melao, melao, melao”, no podría bailarse al estilo salsero.

La salsa cuenta con agrupaciones musicales y muchos seguidores en Venezuela, Colombia y en otros países de las regiones caribeña y centro y Sudamérica, pero en la República Dominicana nunca impactó en una proporción significativa. En cincuenta años en este territorio posiblemente no pasan de ocho los conjuntos de esa clase que se hayan formado y, lógicamente, también desaparecido. En la actualidad solamente se cuenta con los combos de Michell, Sexappeal y Asdrúbal, los cuales ocupan lugares secundarios en la pasión del público.

José Alberto Justiniano Andújar, mejor conocido como José Alberto (El canario), ha sido el cantante dominicano de salsa que más alto ha llegado, incluso a nivel de estrella internacional, pero este artista, además de que se desarrolló en Nueva York, tuvo a la Gran Urbe como su plaza principal, y sus desplazamientos fueron a mercados ajenos a la RD.

Es cierto que en el país se presentan figuras relevantes de la salsa como Víctor Manuelle y Gilberto Santa Rosa, pero cuando emprenden el vuelo de regreso, se apaga la luz.

Confirmación de lo subrayado en este texto es que la Asociación de Cronistas de Arte, Acroarte, dejó fuera el renglón de la salsa en la premiación del Casandra del pasado marzo, y para el próximo evento en cuestión es posible que corra la misma suerte.

Finalmente y como cosa extraña (¿o reconfirmación?), el dominicano nunca aprendió a bailar la salsa cual el clásico estilo que demanda esta, lo hacen como si fuera guaracha, son, rumba o cualquier otra cosa.

Del recuerdo:

Celebración de un aniversario -en tiempo pasado- de la Asociación de Cronistas de Espectáculos (Ace) de Nueva York. Entre otros directivos y miembros de la entidad se aprecian a su presidente, Fernando Campos, la famosa actriz Lupita Ferrer, Zunilda Fondeur, Miriam Soberón, nuestra persona y otros colegas más.





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